Las vocalizaciones y el desarrollo lingüístico del bebé

Hola, soy Peponcete y me gustaría que me escucharais, aunque solo balbucee, porque lo que digo es muy importante. ¿Sabéis por qué?

  • Las vocalizaciones son nuestro primer lenguaje. 
  • Ya desde los primeros meses de vida nos fijamos mucho en la boca de nuestros papás y de las personas que nos cuidan cuando hablan, porque queremos imitarlos. 
  • Por eso es importante que vocalicéis mucho y bien.
  • También es fundamental que hagáis eco a nuestros primeros balbuceos. Eso nos anima mucho. Así vemos que somos capaces de comunicarnos y que vamos por el buen camino para llegar a decir palabras completas.
  • La entonación de esas vocalizaciones nos ayudan a distinguir las distintas emociones: alegría, sorpresa, enfado… y a dotarlas de significado.
  • Tenéis que alentarnos cuando tratamos de repetir alguna palabra como agua. A lo mejor nos sale “aga” o “ava”, pero ya sabemos lo que queremos decir. Vosotros tenéis que volver a decirla bien y enseñarnos el biberón de agua o la del grifo. Así vemos que nos habéis entendido y nos ponemos muy contentos.
  • Tenéis que hablarnos mucho. Nos encanta que nos cuenten cositas: estamos descubriendo el mundo y nos maravillan todas las palabras. 
  • Nos gusta que nos canten y nos lean cuentos. Ahí aprendemos a asociar las imágenes a las palabras correspondientes y a entender lo que ocurre a través de los gestos y las acciones.
  • Mis cuentos son especiales para que los bebés descubramos al mismo tiempo el lenguaje escrito y el oral. No hay que esperar a la escuela para aprender a leer, porque entonces será una tarea y no una aventura divertida.
  • En el primero de mis cuentos, Quien ríe último, ríe mejor, veréis que sale una cascada de vocales de mi boca en función de las trastadas que me va haciendo mi amigo Osete y de las distintas emociones que me provoca:

Llanto (¡Aaaaaa!).

Enfado (¡Eeeeeee!).

Esfuerzo (¡Iiiiii!).

Asombro (¡Oooooo!).

Susto (¡Uuuuuu). 

 

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